lunes, 22 de septiembre de 2008

Venganza Académica

Comentario acerca del texto Venganza Acamémica, de Pérez-Reverte:

A lo largo de su vida como escritor, Pérez-Reverte siempre convivió con críticas nada constructivas. Decían los críticos literarios que sus novelas llegaban a menudo en el mismo lugar. El lugar común. Decían que Pérez-Reverte era un aficionado detallista metódico. Todas sus historias contaban con demasiados hechos históricos y muy descriptivos para una argumentación ficticia. Pero les pregunto, lectores, ¿y qué?
¿No se puede escribir a manera que a uno conviene? ¿No hay posibilidades en la literatura para combinaciones entre teoría y ficción? ¿No está permitida en las convenciones universales de escritura una mezcla entre poesía barata y clichés?
La crítica de Pérez-Reverte a los “cantamañanas y los listillos tocapelotas”, en “Venganza académica”, me parece ir más allá que solamente una inquietud en relación aquellos que buscan, sin piedad, errores y descuidos en sus novelas. El artículo huele a una crítica más amplia, que abarca a todos los que un día le quitaron el sosiego con comentarios inoportunos acerca de sus obras. Con toda razón, ¡vaya!
Hoy en día, con la facilitad de información y producción de contenido por parte de cualquiera, promocionada por los medios electrónicos, como Internet, hacer crítica está de moda. Critican todo, critican a todos. No solamente novelas, sino también estilos contemporáneos de escritura, películas de Hollywood, partidos de fútbol caribeño, discos de música hindú… Todo se convierte en objeto de crítica, pero, a menudo, la crítica no se establece como un objeto de apreciación.
Tan raro como leer una crítica pertinente, oportuna y, sobre todo, constructiva, es encontrar alguien capaz de hacer mejor que la crítica a la que se propone. Critican todo, pero cuando se trata de hacer – tampoco están capacitados para esto –, no pasa nada. A veces, me pregunto sobre la importancia de los críticos – sí, estos tíos que hacen de la crítica profesión – para la sociedad, para el mundo. Y, podemos decir, que esta es mi venganza antagónica: criticar a los que viven de criticar.
(Autor: B.S.P., alumno de Espanhol V)

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